A este notable marino asturiano, nacido en Serantes a mediados de siglo XIX, se debe el mérito de bajo sus especificaciones y supervisión construirse para la Marina Española en los Astilleros Thomson de Clydebank (Escocia) el primer buque antitorpedero bautizado como DESTRUCTOR por su creador, el por entonces jóven teniente de NavioFernando Villaamil.
Este marino ingresó a la edad de 15 años en la Escuela Naval de San Fernandoparticipando en las campañas de guerra de Filipinas y Puerto Rico. Posteriormente ocupó la plaza de profesor en la Fragata Asturias, anclada en el Ferrol. Es allí cuando recibe el encargo del Ministerio de Marina de estudiar las características de un nuevo buque, con la navegabilidad en alta mar de un Crucero y que fuera capaz de competir con la rapidez y maniobrabilidad de los temibles Torpederos que habían hecho su aparición en los mares.
Después de una exitosas pruebas mar, que causaron admiración en todas las Marinas europeas, en enero de 1887 Fernando Villaamil, que había sido nombrado Comandante de Quilla durante la construcción del buque, hacía entrega a la Armada de su primer destructor capaz de dar escolta a los buques navegando en escuadra, así como cazar y combatir a los rápidos torpederos que se habían convertido en una pesadilla para la Flotas como después lo serían los submarinos.
Tal fue el éxito de este novedoso barco que dio nombre a toda una nueva clase de buques botados por todas las Armadas del Mundo, Los Destructores. Sus principales características eran de 58,74 m Eslora, Manga 7,63 m y 2,50 m de Calado. Contaba con una dotación de 60 hombres y una autonomía de 5.500 millas navegando a velocidad de crucero de 10 nudos siendo capaz de llegar hasta los 22,6 nudos velocidad inusual para la época.
Posteriormente Fernando Villaamil tomó el mando de la Corbeta Nautilus, buque escuela de vela, a bordo del cual guardiamarinas, en su mayor parte Gallegos y Asturianos, dieron la vuelta al mundo partiendo del Ferrol y haciendo escalas en Las Palmas, Bahía, Ciudad del Cabo, Puerto Adelaida, Sydney, Port Lyttelton, Valparaíso, Montevideo, San Juan de Puerto Rico, Nueva York, Plymouth y Brest finalizando jubilosamente su singladura de año y medio en 1894 en La Concha de San Sebastián coincidiendo con la festividad del día del Carmen. Fruto de este viaje publicó un libro en 1895 titulado Viaje de Circunavegación de la Corbeta Nautilus donde relata sus experiencias.
Tuvo tiempo para darse cuenta y advertir del creciente poderío naval estadounidense al visitar sus Astilleros en Filadelfia donde se construían modernos buques de guerra acorazados y con gran potencia armamentística.
Poco podía suponer que tan sólo 4 años mas tarde en 1898 se habría de enfrentar en desigualdad de condiciones a esos barcos en la Batalla de Santiago de Cuba donde pereció junto otros valientes combatientes, al mando de la 1ª División de Destructores y Torpederos, consumándose la pérdida de la última posesión de ultramar, considerada por entonces provincia española, nuestra querida Isla de Cuba.
Fernando Villaamil amante del mar y de su Patria renunció a su Acta de Diputado en las Cortes y solicitó el mando de la escuadrilla que se dirigía, en la que fue una accidentada singladura, a Cabo Verde donde se unió a la Escuadrilla del Almirante Cervera. Falleció el 3 de julio de 1898 a bordo del Destructor Furor alcanzado por el fuego del Acorazado enemigo Indiana y hundido en la desesperada salida de la Bahía de toda la Flota Española tratando de escapar del bloqueo de la flota norteamericana.
Hoy podemos en recuerdo a su memoria contemplar en la bonita localidad asturiana deCastropol, a orillas del Eo, la estatua levantada por suscripción popular a instancias de la Reina María Cristina obra del escultor Cipriano Folgueras.
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