Esta Asturiana nacida hace 75 años en el pequeño pueblo de Canero (Concejo de Valdés) constituye un vivo ejemplo de la lucha y superación de la mujer por destacar en aquellos campos vedados casi exclusivamente para los hombres, haciendo frente a las dificultades propias de la una época en la que rara era la mujer que accedía a la Universidad y menos a una carrera técnica y el ámbito científico estaba reservado para los varones.
Margarita Salas Falgueras, es una de las científicas mas importantes que ha dado este país, discípula y amiga de otro asturiano y español universal, el Premio NobelSevero Ochoa, con el que trabajó unos años en Nueva York, ha dedicado toda su vida, junto a su esposo el ya fallecido bioquímico Eladio Viñuela, al estudio de laenzimiologia y la biología molecular.
Sus trabajos sobre el virus bacteriófago Phi29, la replicación del ADN y la informacióngenética la han llevado a obtener diversos Doctorados Honoris Causa, Premios Nacionales e Internacionales como, Investigadora Europea en 1999 por la Unesco, Premio Jaime I de Investigación 1994, Premio nacional de Investigación Santiago Ramón y Cajal en 1999, así como a pertenecer a prestigiosas Academias, Sociedades e Instituciones científicas, entre las que destaca La Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, de la Real Academia Española de la Lengua, la Academia Europea de Ciencias y Artes, la American Academy of Microbiology, la American Academy of Arts and Sciences (2007) y la presidencia de la Fundación Severo Ochoa y la Presidencia del Instituto de España (1995-2003).
Magarita Salas, además de ser una científica de primer orden mundial, es una persona con grandes cualidades en las que las jóvenes generaciones de científicos se tienen que mirar. A su capacidad intelectual hay que unir su sencillez y austeridad, sufortaleza de ánimo y tesón, así como su capacidad e ilusión por el trabajo. Además de su labor investigadora, se ha dedicado a la docencia y ha publicado unos 300 trabajos científicos y supervisado mas de 28 tesis doctorales.
Esperemos que pronto se acuerden de ella y la galardonen con el Premio Principe de Asturias. En todo caso ella ya figure en el podio con otros científicos asturianos de la talla del mencionado Severo Ochoa o el querido Grande Covian, considerado como el padre de la nutrición moderna.
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